jueves, 25 de abril de 2013


Lectura 5, parcial 2

El amor es pura química

Elena Sanz(Revista Muy Interesante. 2009)

¿Podría una pastilla devolver la chispa a un matrimonio? ¿Sería posible materializar la famosa flecha de Cupido en una inyección? ¿Y crear una píldora para hacer desaparecer un amor no correspondido? Según afirma hoy en la revista Nature el investigador estadounidense Larry Young, del Centro Nacional de Primatología de la Universidad de Emory, descifrando los componentes químicos del amor podríamos "desarrollar fármacos que disminuyan o aumenten nuestros sentimientos hacia los demás".

Para estudiar las reacciones cerebrales implicadas en el amor, Young ha trabajado con roedores, que son un buen modelo para las relaciones humanas porque "crean relaciones de pareja de por vida y crían a los hijos juntos". Y ha demostrado que este comportamiento es fácil de cambiar químicamente. En concreto, si se coloca a una hembra de rata de campo junto a un macho inyectándole oxitocina -una hormona que se vincula a aspectos sociales y de cuidados en el cerebro-, se vinculará pronto a ese macho. Por el contrario, reducir los niveles normales de oxitocina provocará el absoluto rechazo de su pareja sin importar cuántas veces mantenga relaciones sexuales con él. En otras palabras, una sola dosis de la hormona adecuada puede alterar drásticamente las relaciones en estos mamíferos.

En cuanto a humanos, "algunos experimentos ya han demostrado que una inyección nasal de oxitocina aumenta la confianza y ayuda a entender las emociones de los demás", escribe Young en Nature. Y en Australia se investiga actualmente cómo utilizar esta hormona en spray como apoyo a las tradicionales terapias de pareja.

Por otra parte, recuerda Young, hay que tener en cuenta que el amor no se basa en una sola sustancia. Por ejemplo, algunos estudios han demostrado que las diferencias en un gen llamado complejo mayor de histocompatibilidad (MCH por sus siglas en inglés), que afecta al sistema inmune, puede estar relacionado con la atracción sexual.

De cualquier modo, "los avances recientes en biología sobre vínculos de pareja indican que no pasará mucho tiempo antes de que alguna persona poco escrupulosa meta una poción farmacéutica del amor en nuestra bebida", pronostica Young. "Y si eso sucediera, ¿nos importaría? Después de todo, el amor es locura", reflexiona el investigador.

Lectura 4, parcial 2


"El Principito"

Capítulo XXI  

Antoine de Saint- Exupèry




Fue entonces cuando apareció el zorro:
- Buenos días – dijo.
- Buenos días – contestó amablemente el principito -, que se volvió, pero no vio a nadie.
- Estoy aquí abajo, bajo el manzano – dijo la voz.
- ¿Quién eres? – le contestó el principito -. Eres muy bonito…
- Soy un zorro.
- Ven a jugar conmigo – le propuso el principito -. Me siento muy triste.
- No puedo jugar contigo – le dijo el zorro -. No estoy domesticado.
- ¡Ah perdón! – dijo el principito.
Pero después de reflexionar, le dijo:
- ¿Qué significa "domesticar"?
- Tú no eres de aquí – dijo el zorro -. ¿Qué buscas?
- Busco a los hombres – contestó el principito-. ¿Qué significa "domesticar"?
- Los hombres – dijo el zorro – tienen fusiles y cazan. ¡Es muy desagradable! También crías gallinas. Sólo se interesan por eso. ¿Buscas gallinas?
- No – le contestó el principito -, busco amigos. ¿Qué significa "domesticar"?
- Es una cosa muy olvidada – dijo el zorro -. Significa "crear lazos…"
- ¿Crear lazos?
- Ciertamente – dijo el zorro -. Para mí tú no eres aún más que un muchachito semejante a cien mil muchachitos. Y no tengo necesidad de ti. Y tú tampoco tienes necesidad de mí: yo no soy para ti más que un zorro semejante a cien mil zorros. Pero si tú me domesticas, tendremos el uno necesidad del otro. Serás entonces para mí el único del mundo. Yo seré también para ti el único en el mundo.
- Comienzo a entender – dijo el principito -. Hay una flor…creo que me ha domesticado…
- Es posible – dijo el zorro -. ¡Suceden en la Tierra tantas cosas..!
- ¡Oh, no es en la Tierra! – dijo el principito.
El zorro parecía muy intrigado:
- ¿En otro planeta?
- Sí.
- ¿Hay cazadores en ese planeta?
- No.
- ¡Eso es interesante! ¿Y gallinas?
- No.
- Nada es perfecto – suspiró el zorro.
Pero el zorro volvió a su idea:
- Mi vida es monótona: cazo gallinas y los hombres me cazan a mí. Todas las gallinas se parecen y todos los hombres se parecen. Por eso me aburro un poco. Pero si tú me domesticas, mi vida se iluminará. Conoceré un ruido de pasos diferente a los otros. Los otros harán que me oculte, los tuyos me llamarán como una música. Y, además, ¡mira! ¿Ves allá abajo los campos de trigo? Yo no como pan; para mí el trigo es inútil. Los campos de trigo no me sugieren nada. Eso es triste. Pero si tú tienes los cabellos dorados. ¡Será maravilloso si me domesticas! El trigo dorado me hará recordarte. Y amaré el ruido del viento en el trigo…
El zorro calló y miró por largo tiempo al principito:
- ¡Por favor, domestícame! – dijo.
- Bien quisiera – le contestó el principito -, pero no tengo mucho tiempo. Tengo que encontrar amigos y conocer muchas cosas.
- Sólo se conocen aquellas cosas que se domestican – dijo el zorro -. Los hombres no tienen tiempo de conocer nada. Compran las cosas ya hechas a los vendedores. Pero como no existen vendedores de amigos, los hombres no tienen amigos. Si quieres tener un amigo, ¡domestícame!
- ¿Qué hay que hacer? – dijo el principito.
- Hay que ser paciente – respondió el zorro -. Primero te sentarás un poco lejos de mí, así, en la hierba. Yo te miraré de reojo y tú no dirás nada. La palabra es fuente de malentendidos. Cada día podrás sentarte un poco más cerca…
Al día siguiente volvió el principito.
- Hubiese sido mejor que volvieses a la misma hora – dijo el zorro -. Si por ejemplo, vienes a las cuatro de la tarde, desde las tres yo me sentiré feliz. Y a medida que se aproxime la hora, me sentiré más contento. A las cuatro ya comenzaré a agitarme y a estar inquieto: ¡conoceré el precio de la felicidad! Pero si llegas a cualquier hora, jamás sabré cuándo preparar al corazón…Los ritos so necesarios.
-¿Qué es un rito? – preguntó el principito.
- Esto es algo que también ha sido olvidado- dijo el zorro -. Es lo que hace que un día sea diferente a otro día; una hora de las otras horas. Por ejemplo, entre los cazadores existe un rito. El jueves bailan con las chicas del pueblo. Por lo tanto, el jueves es un día ¡maravilloso! Ese día paseo hasta la viña. Si los cazadores bailasen cualquier día, todos los días se parecerían y yo no tendría vacaciones.
Así, el principito domesticó al zorro. Y cuando se aproximaba el día de la partida:
- ¡Ah! – dijo el zorro -. Voy a llorar.
- Tuya es la culpa – dijo el principito -. Yo no te deseaba ningún mal, pero tú has querido que te domesticara…
- Efectivamente – dijo el zorro.
- ¡Y ahora vas a llorar! – le contestó el principito.
 - Sí – dijo el zorro.
- Entonces, ¿qué ganas?
 - Gano – dijo el zorro – debido al color del trigo.
Después añadió.
- Mira nuevamente las rosas. Comprenderás que la tuya es la única en el mundo. Volverás a decirme adiós y yo te regalaré un secreto.
El principito fue a ver las rosas:
- Vosotras no sois exactamente iguales a mi rosa, ni sois nada aún – les dijo -. Nadie os ha domesticado ni vosotras habéis domesticado a nadie. Sois como era mi zorro, que no era más que un zorro semejante a otros cien mil zorros. Pero yo lo hice mi amigo y ahora es único en el mundo.
Las rosas se sintieron muy disgustadas.
- Sois hermosas, pero estáis vacías – insistió -. No se puede morir por vosotras. Seguro que un caminante cualquiera os creería igual a mi rosa, pero ella es más importante que todas vosotras; porque yo la he regado; porque la protegí contra el frío con mi campana de vidrio; porque la resguardé contra el viento con el biombo; porque le maté los gusanos (excepto dos o tres que se hicieron mariposas). Porque he escuchado sus lamentos y a veces cómo se envanecía y hasta cómo se callaba. Porque es mi rosa.
Y volviéndose hacia el zorro:
- Adiós – le dijo.
- Adiós – le contestó el zorro -. Este es mi secreto, muy sencillo: sólo se ve bien con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos.
- Lo esencial es invisible a los ojos – repitió el principito para recordarlo.
- El tiempo que perdiste con tu rosa es lo que la hace tan importante.
 - El tiempo que perdí con mi rosa – repitió el principito a fin de recordarlo.
- Los hombres han olvidado esta verdad – dijo el zorro – Pero tú no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Eres responsable de tu rosa…
- Soy responsable de mi rosa…- repitió el principito a fin de recordarlo.

miércoles, 24 de abril de 2013

Lectura 3, parcial 2
John Lennon - Imagine



Imagine there's no heaven 
It's easy if you try 
No hell below us 
Above us only sky 



Imagine all the people 
Living for today... Imagine there's no countries It isn't hard to do

Nothing to kill or die for 
And no religion too 
Imagine all the people 
Living life in peace...




You may say I'm a dreamer 
But I'm not the only one 
I hope someday you'll join us 
And the world will be as one


Imagine no possessions 
I wonder if you can 
No need for greed or hunger 
A brotherhood of man 
Imagine all the people 
Sharing all the world...


You may say I'm a dreamer 
But I'm not the only one 
I hope someday you'll join us 
And the world will live as one


martes, 16 de abril de 2013


Lectura 2, parcial 2

En ocasiones, me sentía descontento y atormentado de deseos. Creía no poder soportar ya por más tiempo tenerla a mi lado sin estrecharla entre mis brazos. También esto lo advirtió ella en seguida, y al verme llegar una tarde a su casa, agitado y confuso, después de varios días de retraimiento, me llevó aparte y me dijo: “No debe usted entregarse a deseos en los que no cree. Sé lo que usted desea. Tiene usted que abandonarlos o desearlos de verdad y por entero. Cuando llegue usted a pedir llevando en sí la plena seguridad de lograr su deseo, la demanda y la satisfacción coincidirán en un solo instante. Pero usted desea y se reprocha, temeroso, sus deseos. Tiene usted que dominar todo eso. Voy a contarle una conseja”.
Y me contó de un adolescente que estaba enamorado de una estrella. A la orilla del mar extendía los brazos hacia ella, la adoraba, soñaba con ella y le dedicaba todos sus pensamientos. Pero sabía, o creía saber, que un hombre no puede enlazar con sus brazos una estrella. Imaginaba que su destino era amarla siempre sin esperanza y construyó sobre ésta idea toda una vida de renunciamiento y de dolor, callado y fiel, que habría de purificarle y ennoblecerle. Una noche se hallaba sentado de nuevo junto al mar, sobre un acantilado, contemplando a su amada y ardiendo en amor por ella. Y en un instante de profundo anhelo saltó al vacío, hacia la estrella. Pero todavía entonces pensó en la imposibilidad de alcanzarla y cayó, destrozándose contra las rocas. No sabía amar. Si en el momento de saltar hubiese tenido fuerza de alma suficiente para creer fija y seguramente en el logro de su deseo, hubiese volado cielo arriba a reunirse con su estrella.
- El amor no debe pedir –continuó- ni exigir tampoco. Ha de tener la fuerza de llegar en si mismo a la certeza, y entonces atrae ya en lugar de ser atraído. Sinclair, su amor es ahora atraído por mí. Cuando llegue a atraerme, entonces acudiré. No quiero hacer un regalo, quiero ser ganada.
(Fragmento  de  "Demian" de Hermann Hesse)

domingo, 7 de abril de 2013

Lectura 1, parcial 2 


Idea profunda nº12
Esta vez una pregunta sobre el destino y sus escrituras precoces para algunos pero no para otros

… No sé si tenéis una mínima idea de lo que es un colegio hoy en día en Paris, en los barrios elegantes, pero, francamente, no tiene nada que envidiarle a los barrios bajos de Marsella. Quizá sea incluso peor, porque allí donde hay dinero, hay droga, y mucha y de mil tipos. Qué gracia me hacen los amigos de mi madre, tan nostálgicos de su Mayo del 68, con sus recuerdos alegres de porros y pipas chechenas. En mi colegio (público, eso sí, al fin y al cabo mi padre ha sido ministro de la República) se puede comprar de todo: ácido, éxtasis, coca, speed, etc. Cuando pienso en los tiempos en que los adolescentes esnifaban pegamento en el cuarto de baño… No era nada comparado con lo de ahora. Mis compañeros de clase se colocan con pastillas de éxtasis como si fueran caramelos, y lo peor es que donde hay droga, hay sexo. No os extrañéis tanto: hoy en día los jóvenes tienen relaciones sexuales muy pronto. Hay niños de sexto (bueno, no muchos, pero si algunos) que ya se han acostado. Es muy desalentador. Primero, porque yo creo que el sexo, como el amor, es algo sagrado. No me apellido de Broglie, pero si yo viviera más allá de la pubertad, sería para mí muy importante hacer del sexo un sacramento maravilloso. Segundo, porque un adolescente que juega a dárselas de adulto no deja de ser un adolescente. Imaginar que colocarse los fines de semana y andar acostándose con unos y con otros va a hacer de ti un adulto es como creer que un disfraz hace de ti un indio. Y tercero, no deja de ser una concepción de la vida un poco extraña querer hacerse adulto imitando los aspectos más catastróficos de la edad adulta… A mí, haber visto a mi madre chutarse antidepresivos y somníferos me ha vacunado de por vida contra ese tipo de sustancias. Al final, los adolescentes creen hacerse adultos imitando como monos a los adultos que no han pasado de ser niños y que huyen ante la vida. Es patético….