(SEMESTRE: AGOSTO 2014 - ENERO 2015)
LECTURA 4, PARCIAL 2
¡Nadie te ha ofendido!
Son tus expectativas de lo que esperabas de esas
personas, las que te hieren. Y las expectativas las creas tú con tus
pensamientos. No son reales. Son imaginarias.
Si tu esperabas que tus padres te dieran más amor y no te
lo dieron, no tienes por qué sentirte ofendido. Son tus expectativas de lo que
un padre ideal debió hacer contigo las que fueron violadas. Y tus ideas son
las que te lastiman.
Si esperabas que tu pareja reaccionara de tal y cual
forma y no lo hizo. Tu pareja no te ha hecho nada. Es la diferencia entre las
atenciones que esperabas tuviera contigo y las que realmente tuvo, las que te
hieren. Nuevamente, eso está en tu imaginación.
¿Enojado con Dios?
Son tus creencias de lo que debería hacer Dios, las que te lastiman. Dios jamás
ofende ni daña a nadie.
Un hábito requiere
de todas sus partes para funcionar. Si pierde una, el hábito se desarma. El
hábito de sentirte ofendido por lo que te hacen otros (en realidad nadie te
hace nada) desaparecerá cuando conozcas mejor la fuente de las 'ofensas'.
Cuando nacemos, somos auténticos. Pero nuestra verdadera
naturaleza, es suprimida y sustituida artificialmente por conceptos que
nuestros padres, la sociedad y televisión nos enseñan y crean una novela falsa
de cómo deberían ser las cosas en todos los aspectos de tu vida y de cómo deben
actuar los demás. Una novela que no tiene nada que ver con la realidad.
También, las
personas son criaturas de inventario. A lo largo de su vida, coleccionan
experiencias: padres, amigos, parejas, etc. y las almacenan en su inventario
interior. Las experiencias negativas dejan una huella más profunda en nosotros
que las positivas. Y cuando una persona es maltratada por alguien, deja esa
experiencia en su 'inventario'. Cuando conoce a alguien, tiene miedo. Y trata
de ver si la nueva persona repetirá las mismas actitudes que la que la hirió.
Saca una experiencia de su inventario negativo. Se pone los lentes de esa
experiencia y ve a las nuevas personas y experiencias de su vida, con esos
lentes. ¿Resultado? Se duplican los mismos problemas y las mismas experiencias
negativas. Y el inventario negativo
sigue creciendo. En realidad lo que hace es que te estorba.
No te deja ser
feliz. Y a medida que se avanza en años, se es menos feliz. Es porque el
inventario negativo aumenta año con año.
¿Has visto a las personas de edad avanzada y a los
matrimonios con muchos años? Su inventario es tan grande, que parece que la
negatividad es su vida. Una y otra vez sacan experiencias de su inventario
negativo ante cualquier circunstancia.
Una de las mayores
fuentes de ofensas, es la de tratar de imponer el punto de vista de una persona
a otra y guiar su vida. Cuando le dices lo que debe hacer y te dice 'no', creas
resentimientos por partida doble.
Primero, te
sientes ofendido porque no hizo lo que querías.Segundo, la otra
persona se ofende porque no la aceptaste como es. Y es un círculo vicioso.
Todas las personas
tienen el derecho divino de guiar su vida como les plazca. Aprenderán de sus
errores por sí mismos. Déjalos ser! nadie te pertenece.
Cuando los colonos americanos querían comprarles sus
tierras a los Pieles Rojas, estos les contestaron ¿Comprar nuestras tierras?
¡Si no nos pertenecen! Ni el fulgor de las aguas, ni el aire, ni nuestros
hermanos los búfalos a los cuales solo cazamos para sobrevivir. Es una idea
completamente desconocida para nosotros'.
Ni la naturaleza, ni tus padres, ni tus hijos, tus amigos
o parejas te pertenecen. Es como el fulgor de las aguas o el aire. No los
puedes comprar. No los puedes separar. No son tuyos. Sólo los puedes disfrutar
como parte de la naturaleza. El cauce de un río no lo puedes atrapar. Solo
puedes meter las manos, sentir el correr de las aguas entre ellas, y dejarlo
seguir.
Las personas son un río caudaloso. Cualquier intento de
atraparlas te va a lastimar.
Ámalas, disfrútalas y déjalas ir.
Marco Engelke